Interesantemente, la vida de María Elvira Salazar parece siempre estar ligada personajes de los servicios de inteligencia cubano, nicaragüenses, venezolano, y peruanos. María, extrañamente, siempre tuvo acceso especial a altos miembros de la Cúpula comunista cubana, como Roberto Robaina, Ricardo Alarcón de Quesada, y el mismo Fidel Castro en persona. También su vida ha estado ligada con amigos personales de Fidel Castro, como Max Lesnik, Edmundo Garcia, y Eloy Gutiérrez Menoyo.
Por otro lado, su ex esposo, Arturo Cruz Sequeira, alegadamente fue un operativo de la inteligencia cubana y nicaragüense durante el escándalo de Irán–Contra, el cual se dice tuvo una relación sentimental con la secretaría de Oliver North para obtener información en favor de la dictadura nicaragüense, y también fue un embajador de los Sandinistas comunistas en Washington DC.
Eso sí, como todo en la vida de María Elvira, ella niega que su exmarido fuera comunista y dice que trabajaba para Daniel Ortega precisamente por sus buenas relaciones con los Bush. Sin embargo, el diario digital oficial «La Voz del Sandinismo» reconoce a Arturo Cruz Jr. ya su padre Arturo Cruz Sr. como sandinistas comunistas. El periódico fue retirado después de que publicamos un artículo que mostraba que María Elvira estaba mintiendo; sin embargo, ya había tomado capturas de pantalla del artículo.
Vladimiro Lenin Ilich Montesinos Torres fue el jefe de los servicios de inteligencia peruano bajo el presidente Alberto Fujimori, y fue hallado culpable de la desaparición de dos estudiantes y un catedrático de la Universidad Nacional del Callao en 1993. Al parecer, Montesino estuvo demasiado compenetrado con María Elvira, hasta el punto, según la misma Laura Bozzo, de servir de vehículo de extorsión de Montesino contra Laura Bozzo o por lo menos de emisaria de Montesinos mientras despues que Montesino fue arrestado.
Laura Bozzo acusó a RINO Salazar de extorsionarla en nombre del asesino convicto Vladimiro Montesinos y presentó el audio en el video anterior a las autoridades peruanas.
Aunque Salazar niega, como todo lo malo que hace, haber extorsionado a Laura Bozzo, ella admitió que por encargo de Montesinos le transmitió a Laura un pedido de ayuda del Montesinos para pagar a sus abogados. Esto es, como mínimo, un acto repugnante de servir de mensajera de un criminal convicto.